NOTA PERIODÍSTICA/ACTUALIDAD/ESTAFAS/DELITOS ECONÓMICOS/FARÁNDULA/ESCÁNDALOS.
A partir de la segunda década del 2000, uno de los empresarios más conocidos del último tiempo irrumpía de lleno en los medios, donde se dio a conocer como panelista de diferentes programas en el que solía orientar e instruir a la audiencia en materia de economía y cómo solucionar imprevistos que podían darse en este tema, especialmente en tema de ahorros, gastos, sean previsionales o médicos, y a los que solía ser regularmente invitado para hablar de dicho tema. El ingeniero civil fue protagonista y la vez el responsable principal de la mediática estafa en el caso de Think & Co, cuya empresa piramidal de asesorías de inversión -a través de la que realizó estafas a un total de 36 personas-, fue de una enorme notoriedad pública, abarcando una cantidad de $1800.000.000.
Luego de nacer y crecer en Concepción, Rafael Garay Pita estudió en el Colegio del mismo nombre de su ciudad natal, además de cursar estudios de Ingeniería Civil de la Universidad del Desarrollo de dicha sede, trasladándose posteriormente a Santiago para trabajar como Vicerrector en la Universidad Central, siendo en este caso el más joven en ocupar un cargo como este. Para ese entonces, Garay contaba con 32 años de edad, ocasión en que además se desempeñó como profesor en la Universidad San Sebastián (USS), y del IESE Bussiness School de la Universidad de Navarra, España, siendo además encargado de comunicaciones de la UDD y Director del Museo de Artes Visuales. Y no sólo eso, sino que también fue asesor de Felices y Forrados, cuya empresa le significó una enorme notoriedad pública en su carrera. Incluso, tuvo un rol como panelista en el programa «Mentiras Verdaderas» en La Red, siendo además conductor del programa radial «Buenos días, Mercado», en El Conquistador.
Como era sabido, Garay era uno de los economistas más reconocidos del jet-set criollo, en el que sus intervenciones relacionadas con Economía eran una constante en los medios, siguiendo el estilo de los hermanos Parisi, que también se dedicaban a instruir a la audiencia en ese ámbito como dice el dicho popular «con peras y manzanas», de manera que todos los telespectadores pudieran entender sus exposiciones en lo que se refiere al ámbito monetario, por lo que en cada aparición las explicaciones eran simples y además podían llegar tanto a los grandes empresarios como a los propietarios de PYMES, trabajadores comunes e incluso las dueñas de casa. Hasta ahí todo bien, sin embargo, el economista se vio envuelto en una serie de escándalos que paulatinamente comenzaron a minar su vida pública e incluso privada. Un día 4 de septiembre de 2016, Garay se dirigió raudo al Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez de Santiago, donde abordaría un avión que lo llevaría a Francia para tratarse un supuesto cáncer.
Allí según se informó, avisó a sus mismos amigos de que se internaría en la Clínica Gustave Roussy para atenderse por dicha enfermedad. Sin embargo, a pesar de que el destino era la capital francesa, nunca llegó al recinto asistencial. Por tanto, se fue a trasbordo hacia Tailandia hasta el 11 de septiembre de ese año y enfilar nuevamente a Europa aprovechando el destino hacia Ámsterdam, Países Bajos. Luego de eso, se dirigió hacia Rumania junto a su pareja. Garay llegó a Bucarest, pero para evitar una posible extradición, señaló eventualmente que se casaría con su pareja, siendo que ya era buscado por la justicia chilena y los periodistas que respectivamente estaban persiguiéndolo y cubriendo el hecho, que ya estaba en boca de todo el país, además de los ciudadanos franceses y rumanos que también se hicieron eco de lo ocurrido.
Con todo ello comenzó una frenética persecución que se extendió varios meses y que además captó la atención mediática tanto en Chile como en los países de Europa que alguna vez visitó en medio de la polémica huida. Aquí sucedió toda esta historia que terminó siendo una verdadera película de suspenso que acentuó las expectativas de lo ocurrido en torno a Garay en la que se destaparon sus mentiras que en ese minuto nadie tenía idea. Se descubrió finalmente que Garay estaba camuflado en una casa donde según él había revelado, vivía con su pareja, Maria Runcan en un pueblo de Rumania cerca de Brasov. Allí fue donde se le buscó, más en concreto en la casa de su pareja, donde vivía con su madre y que contó a los medios que lo intentaban ubicar «que su hija se había alojado en la casa con el chileno, y que a la pieza donde ella duerme nadie entra y cuya cama había quedado sin hacerse», luego de que él y su pareja rumana se dirigieran a un centro de recreación invernal dentro del país balcánico.
Para ese entonces, la prensa chilena que intentaba buscarlo a través de un sector que era predominantemente rural, se movilizó en un taxi que era guiado por un conductor que hablaba tanto rumano como español, y que le había hecho de intérprete a los periodistas nacionales que lo estaban rastreando. De paso, el extinto programa humorístico «Morandé con Compañía» (MCC) de Mega, aprovechó la ocasión para crear una rutina donde se dio cuenta de su persecución, a cargo del elenco de aquel entonces donde se recreaba de una manera burlesca su captura entre Chile y Rumania, cuyo destino final era un inmueble venido a menos (distando de la casa de su pareja y de su suegra) en el que se le mostraba armado hasta los dientes mientras los policías ya lo habían atrapado a medida que el personaje les disparaba repetidamente, lo que no dejó de sacar carcajadas durante el sketch.
Rafael Garay se bandeaba entre la clase social de mayores recursos chilena con la que se codeaba regularmente, las universidades donde daba clases y ocupaba altos cargos, como a la vez con la fama que le daban sus apariciones en los medios radiales y televisivos. A ello se sumó también su cara adquisición de ternos y automóviles, principalmente de marca Mercedes Benz y que costaban varios millones de pesos. En redes sociales no se quedaba atrás, mientras que se dedicaba a crear diversos proyectos empresariales relacionados con Economía, inversiones varias y otros requerimientos relacionados, que al final acabaron siendo ilícitos por estafa en el que perjudicó a muchas personas y a quienes confiaron alguna vez en él. Por lo tanto, toda esa cantidad de dinero que llegaba a sus manos por parte de diversos clientes, acabó derivando en varias estafas piramidales donde perjudicó a varias personas que alguna vez le solicitaron una asesoría en materia de inversión, lo que les generó cuantiosas pérdidas de dinero.
Pero ello no acabó aquí: Garay antes de que fuera descubierto por este escándalo, había sido entrevistado por última vez en el programa «Síganme los Buenos» (SLB) conducido por Julio César Rodríguez en el que alguna vez participó como panelista, donde se refirió al cáncer que padecía como a un repaso sobre su propia vida, en la que más de una vez ha dicho que venía de un hogar humilde y que según él pudo superar, siendo que según él «en ese tiempo no tenía plata ni pa’ la micro», coincidiendo con la separación de sus padres a los 8 años, lo que reveló al ser entrevistado por la revista Paula en 2017. Por aquel entonces, Garay era panelista de Economía junto a Marcel Claude y Franco Parisi, donde se solían explayar sobre el tema al orientar a los telespectadores.
Con todo el listado de panoramas que Garay tenía a su haber, era conocida su visita a clubes nocturnos, entre ellos el Passapoga, además de frecuentar varios pubs y discotheques, donde vivía adquiriendo diversos tragos de elevado precio. De la misma manera, poquito antes de partir tuvo su último panorama precisamente en el mencionado club nocturno santiaguino como despedida final, mientras se iniciaba inevitablemente todo este puzzle policial. Fue así que entre una huida y otra, comenzaron a desmenuzarse varios hechos que salieron a la luz posteriormente: como el de la estafa realizada a su amigo, el periodista (en un comienzo de CHV y luego de TVN), Iván Núñez, a quien conoció durante una práctica de artes marciales (kudo) y con quien estableció un vínculo que trascendió el ámbito de los negocios y los entrenamientos. Pero una vez que el periodista sospechó del mal proceder del economista, manifestó en su minuto: «Les hablo transmitiendo la sensación de pena, desolación, y también de extrañeza al haber depositado mi confianza y haber creído en una persona que finalmente no conozco». refirió Núñez luego de percatarse de la estafa de quien alguna vez consideró su amigo.
Por su parte, Garay señaló en la misma entrevista concedida a SLB de Julio César Rodríguez, al anunciarse en aquel minuto que se retiraba de los medios y de sus empresas: «ustedes saben que me pueden enviar un Whatsapp, o llamarme por teléfono o irme a ver y saben que no me voy a arrancar de Chile y que estoy acá, también por una cuestión de convicción», en donde ya se había referido a aquella enfermedad de cáncer que nunca fue. Incluso una vez se convirtió en candidato a Senador por la Circunscripción Bío-Bío-Costa, siendo apoyado por el PRO en 2013, obteniendo un 9.17% de los votos.
Finalmente, con el destape de varias estafas piramidales entre las que se cuentan AC Inversions, IM Forex y el Grupo Arcano, a partir del 13 de junio del 2016, anunció en su cuenta de Facebook que su estado de salud era grave. Según él empresario, los médicos le habían detectado un glioblastoma. Justo en ese momento, anunció que en un plazo de veintiún días dejaría toda actividad empresarial, con el fin de dedicarse a mejorar su estado de salud. Con ese fin, les informó a estos por medio de un correo electrónico sobre la forma de liquidación de la empresa y cómo se restituirían los dineros invertidos en dicha sociedad. Fue así que en aquel escrito, que se hallaba fechado a contar del 18 de julio, Garay explicó en ese minuto que devolvería el 100% de los recursos administrados por aquel entonces a través de un procedimiento de tres etapas: a los inversionistas de las primeras dos, que correspondían al 92% de los 518 clientes que habían suscrito con la misma sociedad, se les restituyó parte del dinero, sin embargo, al total de 36 personas de la tercera etapa este no alcanzó a cubrirse.
En tanto, el cáncer fue la excusa por la que Garay precisamente salió del país el día 4 de septiembre de 2016 hacia París vía Air France, en cuyo avión debía volver en septiembre, luego de realizarse un tratamiento médico en el afamado Instituto Gustave Roussy, el cual es conocido a nivel mundial como uno de los recintos asistenciales más importantes en el tratamiento del cáncer. Mientras tanto, su estadía en el Gustave Roussy y el vuelo de regreso a Chile nunca se concretaron, ya que se puso a viajar con su segunda pareja de origen rumana, en este caso Maria Runcan, por Europa y Tailandia.
Al final sucedió que en medio de las diligencias a cargo de la Fiscalía, se encontró la incautación de las fichas médicas donde no existió el mencionado diagnóstico del supuesto cáncer, el cual acabó arrojando que nunca existió. En diciembre de 2015, la cuenta bancaria que la firma poseía en el Banco de Chile tenía un saldo total de $167 630 098. Posteriormente, el 31 de agosto de 2016, el monto bajó drásticamente a $236 536. y el 1° de septiembre, traspasó una cantidad de $235 000 a otra de sus cuentas, hasta quedarle en un saldo de $2.536, el cual se mantiene hasta el día de hoy. Entretanto, Garay realizó a la vez, la venta de sus vehículos. Poseía incluso una serie de créditos otorgados por el banco entre los meses de enero de 2013 y mayo de 2016, además de una alta catalogación de clientes, permitiéndole obtener cinco tarjetas de crédito bancarias de alto estatus.
A su vez, el 3 de septiembre de 2016, su situación penal pasó al de prófugo. A partir de allí, INTERPOL Chile estableció en ese momento una alerta roja con su nombre. Del mismo modo, Rumania emitió una orden de detención contra el economista, después de que las autoridades chilenas -a través de la Corte Suprema- se comprometiesen a impulsar la extradición de Garay. Antonella Torelli, la pareja de Garay, confirmó en ese minuto ante la Policía de Investigaciones de Concepción, sus dudas sobre el supuesto estado de salud del ingeniero comercial, quien se enteró de que Garay tenía otra pareja en ese país. Además, su pareja dio a conocer algunos aspectos de su personalidad, entre ellos el abuso de drogas, alcohol y antecedentes de maltrato.
Y así ocurrió finalmente que el día 7 de octubre de 2016, se divulgó una carta en la que Garay se defiende de las acusaciones de estafa al mismo tiempo que pide ayuda, donde explica que su situación era muy complicada y que a la vez respondería por los hechos investigados. Del mismo modo, el 18 de noviembre de ese año, fue detenido en un centro comercial de la ciudad rumana de Brasov por porte de documentos falsos, que incluía dos pasaportes en calidad de tales.
Este complejo puzzle se completó definitivamente a contar del 29 de noviembre de 2016, donde la Corte de Apelaciones aprobó la detención previa de Rafael Garay por dos meses. Al final, el 14 de diciembre de ese año, la corte de Santiago acogió la solicitud de extradición hecha por la justicia rumana, iniciando los trámites en conjunto con el Ministerio de Relaciones Exteriores para obtener su traslado desde Rumania. Entretanto, la Corte de Apelaciones de Brasov determinó que el empresario debería permanecer en un centro de detención temporal como medida cautelar hasta que fuera extraditado. Fue así que el 17 de febrero de 2017, la justicia rumana autorizó la extradición, donde Garay llegó a Chile el 16 de marzo de ese mismo año. Finalmente, el empresario y economista fue sentenciado el 18 de octubre del año siguiente, a un total de 7 años de cárcel efectiva por estafa reiterada. Con todo esto, se puso término a uno de los casos judiciales de estafa económica más mediáticos del último tiempo, dejando a su protagonista fuera del reconocimiento mediático y el poder adquisitivo que alguna vez ostentó.