GENOCIDIO DE RUANDA: EL ROL DE LA «RADIO TÉLÉVISION LIBRE DES MILLE COLLINES» AL INCITAR LA MATANZA

NOTA PERIODÍSTICA/HISTORIA POLÍTICA/CRIMINOLOGÍA SOCIAL/COMENTARIO INTERNACIONAL.

Una de las polémicas más tortuosas que sucedieron en la historia del África Oriental, fue el dramático Genocidio de Ruanda, que se inició en 1994 cuando un grupo de soldados hutus atacó en masa a la población tutsi, lo que claramente dio pie a una guerra civil en el país por razones interétnicas. Los motivos principales fueron la oposición de grupos radicales a las políticas de paz promovidas en ese momento por el Presidente del país Juvénal Habyarimana, con el Frente Patriótico Ruandés (FPR), y el posterior asesinato del mandatario ruandés, quien iba a bordo del avión con su homólogo, el Presidente Cyprien Ntaryamira de Burundi. En pocas palabras, el avión que trasladaba a ambos mandatarios fue derribado por dos misiles tierra-aire antes de que el jet aterrizara en Kigali, la capital ruandesa. El avión afectado modelo Dassault Falcon 50, era un ejecutivo francés que le fue regalado a Habyarimana por Jacques Chirac, Primer Ministro de Francia en aquel entonces. Tras la explosión del jet presidencial, toda la comitiva política de ambos países vecinos, Ruanda y Burundi, fallecieron en pleno vuelo.

En consecuencia, esto llevó a una rápida reacción de los rebeldes hutus que se tomaron el poder, matando y agrediendo brutalmente a la Primera Ministra Agathe Uwilingiyimana, colaboradora directa del Presidente Habyarimana y conocida popularmente como «Madame Agathe», siguiendo la matanza hacia grupos de tutsis en los tres meses siguientes durante el Genocidio de Ruanda. Estos hechos, se iniciaron el 6 de abril de 1994. Previo a eso, los principales medios del país se hicieron eco de los hechos, en cuyo contexto surgió además la polémica emisora Radio Télévision Libre des Mille Collines (Radio Televisión Libre de las Mil Colinas), cuyo nombre deriva de las zonas montañosas que pertenecen a Ruanda y cómo se describe a este: «El país de las mil colinas». En kinyarwanda, idioma étnico del país el nombre era Radiyo Yigenga y’Imisozi Igihumbi, la cual emitía programación tanto en francés como en el idioma autóctono.

Dicha emisora inició tranmisiones el 8 de julio de 1993, saliendo del aire definitivamente a fines de julio de 1994 por su implicación en la matanza ocurrida, que explicaremos más adelante. Previo a su fundación, recibió apoyó de Radio Rwanda que era la emisora oficial del gobierno, y que al comienzo permitió la transmisión en sus equipos. Contaba con una amplia aceptación entre la población general, comenzando a emitir con el tiempo propagandas en contra de la población tutsi, hutus moderados, y la Misión de las Naciones Unidas (MINUAR) en Ruanda. Su historia, tristemente célebre, se halla vinculada a una atmósfera de racismo y odio que en ese entonces fomentó el genocidio en el país africano.

RTLM como se conoce a la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas, fue finalmente fundada en 1993, siendo previamente planificada por hutus disconfomes con las políticas no partidistas de Radio Rwanda. Paralelo a ello, la creciente popularidad de Radio Muhabura, propiedad del FPR, fomentó lo que vendría después e influiría en los destinos finales de RTLM. De esta manera, RTLM promovió la segregación y el odio racial, usando durante sus emisiones, música popular de moda venida del vecino país Zaire (hoy, República Democrática del Congo), así como programas de humor-opinión de retórica claramente racista. A partir de entonces, la emisora emitió mensajes en los que se increpaba al comandante de la UNAMIR, Roméo Dallaire, por no impedir la matanza de unas 50 personas en una zona desmilitarizada de la ONU. Tras ser atacado el avión presidencial que terminó con la vida de los mandatarios de Burundi y Ruanda, Radio Télévision Libre des Mille Collines transmitió mensajes de odio hacia los tutsis, llamando a una guerra final para proceder a «exterminarlos».

Fue así que durante el genocidio, la RTLM fue fuente propagandística que incitó la matanza y odio a los tutsis, fomentando además su aniquilación en toda Ruanda. Además, la emisora informó respecto de las últimas victorias, masacres y otros movimientos que engrosaran la agenda antitutsi. Del mismo modo, RTLM se atrevió a degradar y a deshumanizar a los tutsis y al FPR tildándolos de «cucarachas», arrogándose de esta manera el odio y promoviendo la desunión desde el medio y de manera constante durante las emisiones. Fue así que el Frente Patriótico Ruandés denominó «Radio Machete» o algunas veces «Radio Televisión de la Muerte» a RTLM por su continua promoción de ataques a la etnia tutsi.

A la llegada de las fuerzas francesas a Ruanda en el contexto de la «Operación Turquesa» cuyo fin era supuestamente proporcionar una zona segura a quienes eran víctimas del genocidio, pero que de igual forma apoyaban al gobierno interino a cargo de los hutus, un locutor de la RTLM hizo un llamado a las chicas hutus para que «se laven y se pongan un buen vestido para recibir a nuestros aliados franceses», dando a entender que «las chicas tutsis estaban muertas», llamando a «aprovechar la oportunidad». No se especifica si esto era para promover la burla eufórica por la matanza de aquellas chicas -con lo que se sabía que ya estaban festinando- o quizás para actos indebidos con los cadáveres.

Luego de que el FPR se tomaran la capital en julio de 1994, RTLM se apropió de equipos móviles, huyendo a Zaire con los refugiados hutus, donde siguió emitiendo hasta fines de julio de ese año. Entre los locutores más conocidos de Radio Télévision des Mille Collines, se encontraba Kantano Habimana y Valérie Bemeriki, quienes fueron tristemente célebres por la promoción del odio hacia los tutsis mediante exterminio. Kantano -como era conocido popularmente- incitaba al fusilamiento, mientras que su compañera llamaba al descuartizamiento de dicha etnia con ataques de machete, a la vez que usaba un humor irónico para referirse despectivamente a ellos en cada emisión. A la postre, Noël Hitimana fue otro de sus célebres locutores, cuyo sello personal fue el continuo saludo matutino a las regiones y ciudades de Ruanda, mientras los campesinos se iban a trabajar, cosa que hacía en Radio Rwanda hasta que fue despedido por insultar presuntamente en estado etílico al Presidente Habyarimana durante una emisión en vivo. Continuó con este saludo masivo en RTLM desde su inicio en 1993, hasta que se inició la matanza al año siguiente, donde reemplazó este hábito por la entrega de datos sobre presuntos cómplices del FPR. Otro locutor destacado de la emisora, fue Georges Ruggiu, de origen ítalo-belga que también incitó al genocidio durante las transmisiones.

En consecuencia, el Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) inició acciones legales en contra de RTLM, el 23 de octubre de 2000, abriendo con un juicio en contra de Hassan Ngueze, director de la Revista «Kangura» («Despertar a otros», en kinyarwanda), que fue fundada en 1990 durando su circulación hasta 1994, y que fue la responsable de incitar a la matanza, tal como lo hizo RTLM. En agosto de 2003, el Tribunal de Arusha, Tanzania, solicitó cadenas perpetuas contra los líderes de RTLM, Ferdinand Nahimana, historiador, locutor, escritor y uno de los fundadores de la RTLM que también incitó la matanza tutsi y Jean-Bosco Barayagwiza, diplomático y Presidente del Comité Ejecutivo de RTLM, por cargos de lesa humanidad, genocidio e incitación a este, cosa que también promovió en la emisora que también dirigía la línea editorial, antes y durante el genocidio de 1994. En tanto, la locutora Valérie Bemeriki fue declarada culpable por un tribunal denominado «gacaca», el cual es un sistema de justicia comunitario en Ruanda desde 2001, donde se abordan los casos de dicho genocidio, siendo condenada a cadena perpetua por incitar efectivamente a la matanza mediante la ironía que usaba durante las emisiones al promover los ataques a la población tutsi.

Al término de esta nota, podemos concluir que nunca antes en la historia se había visto cómo una emisora fue capaz de fomentar un hecho de genocidio masivo, siendo que al ser escuchada por gran parte del pueblo ruandés, se incitara al odio interétnico, que ya tenía para ese entonces, motivaciones políticas y lucha interna entre civilizaciones dentro de un mismo país, dividido por motivos culturales y raza, aún así, perteneciendo a un mismo continente. Un hecho que todavía pesa sobre Ruanda a 30 años de esta dramática matanza y que es difícil de olvidar. Pero más vergonzoso es, la actitud de algunos medios que se valen de la información que pueden entregar y cómo han logrado la destrucción de algunos pueblos, tal como lo hizo la tristemente célebre Radio Télévision Libre des Mille Collines, que emitió ácidos comentarios contra los tutsis, dejando un reguero de sangre al momento de incitar los ataques por los micrófonos, manchando con creces su línea editorial.

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