Por Vicente Painel Seguel
Las comunas del norte de la región de la Araucanía no solo han sido históricamente afectadas con baja inversión pública frente a Cautín, además, quizás es lo más determinante, presenta a lo menos dos fenómenos sofisticadamente encubiertos que determinan el derrotero de un tierra hiper fértil, prodiga en arte y cultura, extraordinariamente hermosa y abierta a las chances de innovación y pertinencia cultural -mal que mal cuenta con el segundo paso fronterizo de mayor tránsito de mercancías del país, el Complejo Pino Hachado-. Estos fenómenos enmascarados son la crematística y el anatocismo.
La crematística se define como el arte de generar dinero del dinero; desde la antigüedad diversos autores han advertido que esta especulación precipita un componente antisocial, degenera la aristocracia en una oligarquía huera. Platón señala que la plutocracia puede degenerarse; de la oligarquía a la demagogia solo resta un paso, el populismo y o la oclocracia (gobierno de muchedumbres -que ni siquiera es lo mismo que mayoría-) conlleva una caída más rápida que demorosa a la tiranía.
Desde el prisma psicológico, el crematístico tiende a convertirse en un nihilista que, en su pulsión incontrolada por rentar, apuesta a su entorno y así mismo, cosificarse y fetichizarse hasta desaparecer. Bien lo reseña Tomas Moulian en su opúsculo “el Consumo me consume”.
Si bien los valles abajinos poseen una hiper-fertilizada tierra dado la composición de suelos volcánicos antiquísimos ricos en fosforo, los monocultivos agrícola dieron paso a las plantaciones forestales como proyectos de renta en lógica extractivista y como proyecto en los marcos de la alianza por el progreso, en los sesenta; en dictadura, al ser privatizado estos esfuerzos, la plusvalía fue capitalizada por sujetos y fortunas ajenas a los intereses regionales. El débil estado no tiene la disposición ni siquiera que estás empresas reparen los caminos; masas rurales de bajo nivel educacional cívica, sencillamente votan una y otra vez por su propios verdugos estructurales. La hiper explotación de la tierra a generado un desastre ecológico, incendios forestales en verano e inundaciones en invierno. Sin embargo, no se debate la matriz productiva y la riqueza de la tierra de Malleco se succiona inmisericordemente. Por supuesto, la especulación del precio de la tierra, se proyecta magnifica, el negociado de seguros, se prepara, para cuando los campos terminen de vaciarse de gente…
El anatocismo es la expresión en el crédito de la crematística, ha sido definida como como mecanismo de sobre interés, ya sea a la sumatoria de las cuotas o a la mora, de tal manera que el crédito modifica su naturaleza racional a una totalización derechamente usurera o robo. El crédito absolutamente desregulado en la provincia de Malleco, se expresa en intercambios o trafico de madera, la mediería, los prestamistas. Las presencia de las cajas de compensación sería quizás la oferta más regulada, empero al ser de descuento por planilla, su interés acumulado sobrepasa el 3 por ciento; respectivo al retail, también está presente, empero la lógica del retail es como si estuviese prestando abarrotes, cuando en realidad presta dinero, también es una dimensión legal, empero, desregulada frente a la Comisión para el Mercado Financiero… ¿Podrá ser Banco Estado un banco social y ético que siembre una semilla distinta, con sus sedes en Los Sauces o Ercilla y alta presencia en la provincia de Malleco? ¿un regulador natural? …Hay esperanza en la micro y pequeña empresa, en las cooperativas.
Malleco ha sido incansablemente expoliado, ha extraído la riqueza de la tierra, su fertilidad incansable proveniente desde tiempos jurásicos, se ha explotado su demografía y riqueza patrimonial, se ha expoliado su agua y su belleza… Más si se liquidara la expoliación, comenzará el desarrollo. Todo esto en la mentalidad general, la conciencia, implica imponer la Ética frente a la crematística y anatocismo. Esa imposición de la Ética es educacional práctica y moral. He ahí el desafío de las mujeres y hombres libres.
por Vicente Painel.