NOTA PERIODÍSTICA/ANÁLISIS/HISTORIA POLÍTICA.
El 31 de octubre de 1984, coincidiendo con la fecha de Halloween y en víspera del Día de Todos Los Santos, moría asesinada una de las políticas más controvertidas de la India: la Primera Ministra Indira Gandhi. Los perpetradores eran miembros de su escolta que profesaban la religión sij. Su propia sentencia de muerte se concretó luego de que ordenara el ataque al Templo Dorado de Amritsar, en la que varios miembros del ejército indio, desalojaron varios templos que pertenecían a esa cultura. Mientras que el famoso edificio religioso, considerado un símbolo sagrado para muchos seguidores de esta religión, también sufrió las consecuencias, debido a que varios soldados hindúes desalojaron a los feligreses, provocando del mismo modo el asesinato de varios de estos.
Así fue como la mañana de aquel fatídico día de finales de octubre, Indira Gandhi quien había sido considerada la líder y mujer fuerte de la India, acabó siendo asesinada por dos integrantes de su escolta en venganza por el ataque a dicho templo. Se conoció además, la participación de un tercer integrante que de igual manera acabó matándola. En dicho contexto, el país se encontraba en una situación complicadísima, ya que sumada al histórico subdesarrollo por el imperante sistema de castas que aún rige en el país y ha provocado varias divisiones socio-económicas, también ocurrió que los sijs ya querían proponer un gobierno basado en los dictámenes de su religión. Pero el mayor problema es que aprovechando la fe que profesaban, sirvió como motivo para organizar disturbios recurriendo previamente a la provocación. Aparte, en sus templos escondían regularmente armas, mientras que los motivos de su lucha fueron más concretamente debido a razones históricas, debido a que los sijs dominaban el Punjab desde la Independencia de la India en 1947. Por tanto, los sijs dominaban el territorio desde la caída de los mogoles a la llegada de los británicos, quienes ya dominaban el territorio durante mucho tiempo.
De ahí en adelante comenzó la partición, que de igual manera llevó a la Independencia de Pakistán, que también se hallaba bajo dominio británico y dio origen a la partición de los sijs. Ellos por ende, creían que su deber era crear un Estado cuyas ideas estaban basadas en su identidad religiosa, motivo por el que querían un nuevo orden de gobierno para la India. Por tanto, ya habían generado las primeras protestas en Nueva Delhi, donde se concentró gran parte de los disturbios que en su mayóría eran por motivos políticos y religiosos. El gobierno de Gandhi había respondido con ataques previos mediante envío del ejército hindú al provocar el desalojo de creyentes en varios templos sijs, pero cuando a la política india se le ocurrió atacar sin reparos el Templo Dorado de Amritsar, venerado por muchos sijs como defensa a los ataques mediante disturbios que estos mismos efectuaron y ante un posible levantamiento, la orden de ataque llevó al asesinato de 1000 sijs, provocó la reacción de tres miembros de su escolta que la asesinaron a bocajarro.
Los involucrados en este magnicidio fueron Beant Singh, guardaespalda de Indira por más de cuatro años y Satwant Singh, quienes eran creyentes sijs. El tercer involucrado era Kehar Singh, otro miembro de su escolta personal. El día de su muerte, más concretamente a las 09:30 hrs. hora oficial de Nueva Delhi, se dirigía a una entrevista que le haría el actor Peter Ustinov, quien era conductor de la televisión irlandesa, ya que en ese minuto se armaría un documental sobre ella. Gandhi caminaba por el jardín de su residencia de Primer Ministro, que se ubicaba en la Calle Safdarjung N°1, hacia su oficina ubicada en la Calle Akbar N°1 que estaba al lado. La ira no se hizo esperar ya que los perpretradores cometieron tras el ataque a dicho templo un asesinato por venganza.
En ese minuto, la policía fronteriza mató a tiros Beant Singh, mientras que su otro cómplice lo detuvo después de haber sido herido por sus compañeros escoltas, siendo ahorcado en 1989 tras el asesinato de la Ministra. Durante sus exequias, su hijo Ratjiv estuvo a cargo de encender la pira funeraria, mientras en se escuchaban cánticos religiosos en idioma hindú, ante un numeroso grupo de asistentes. Salma Sultan fue el primer periodísta que informó sobre su muerte, a través del canal Doordarshan, estación televisiva pública del país. Al poco después, Ratjiv Gandhi asume como Primer Ministro sucediendo a su madre y manteniéndose en el cargo hasta 1989 dimitiendo de su cargo tras ser derrotado su partido en las elecciones generales. En razón de esto, surgió una película en 2014, llamada «Diamantes de la gente» («Kaum de Heere» en punjabi), que habla sobre los dos guardias que mataron a Indira Gandhi, sin embargo, ante esta dramática situación que hasta ahora afecta a la India, el gobierno de ese país ha prohibido la cinta.
La vida de Indira Gandhi ha dejado la puerta abierta a varias situaciones complejas que no han sido del todo resueltas en el país, por los numerosos momentos contingentes que el país vivió en ese tiempo, sumándose la pobreza general de la que hasta hoy no logra despegar y los continuos cambios políticos que también han involucrado a la ex-Pirmera Ministra y de las que no siempre pudo hacerse cargo. Es por eso que una escritora dijo lo siguiente:
«Hay esperanzas que no se pueden cumplir ni en toda una vida (…). Ahora las llamas se han extinguido, las cenizas están frías y pronto se recogerán en una urna de bronce. Le tocará a Ratjiv llevarlas en un avión para esparcir sobre las montañas nevadas de Cachemira, según su deseo, los restos mortales de Madre Indira, la mujer más amada y odiada de la India».
Atrás quedaron las expectativas de quien fuera la Primera Ministra del país asiático, que soñaba con ver una India laica, independiente y unida, cuyos ideales heredados de su padre, Jawaharlal Nehru, se diluyeron por promesas ante la ciudadanía que distaban de lo que ejecutaría en la práctica, aún conociéndose su indiscutible oratoria y tenacidad que la terminaron llevando a la tumba a los 67 años, sembrando más sangre de la que ya se había derramado por aquellos años, sumado a la polaridad política que afectó no sólo a India, sino que a otros países vecinos como Bangladesh que por un lado, logró la independencia en 1972, mientras que por el otro, Pakistán ya había iniciado conflictos armados con el país vecino, India en este caso. Es por ende, algo que India a lo largo de su historia aún mantiene fresca la situación que llevó al asesinato de Indira Gandhi y que como en todas las esferas políticas y de la ciudadanía, han generado adherentes como detractores.