NOTA PERIODÍSTICA/AGRICULTURA/MUNDO RURAL/CAMPO SUREÑO.
Hasta hace algunos años, la agricultura en gran parte de la Región de La Araucanía se consideraba próspera y sin lugar a dudas rentable. Desde sus inicios e incluso, durante los 80 y 90, este ámbito gozaba de buenas cosechas y ventas de productos derivados de la tierra. Los agricultores eran los mayores beneficiados, más aún, cuando vendían sus propios productos que iban a otros campos o empresas que revendían o comerciaban cada especie cosechada de cereales, frutas y verduras a las grandes industrias y marcas, llegando incluso al extranjero. Pero a comienzos de 2000, la situación empeoró para muchos de ellos, ya que el denominado «Granero de Chile» empezó a sufrir un claro retroceso, debido a la importación de productos agrícolas que llegaron en masa al país, perjudicando la venta y exportación de productos locales a buen precio, razón por la que se debían vender a precios más baratos en comparación con los años iniciales.
Los mercados principales que trajeron varias especies agrícolas al país venían principalmente de América del Norte, Europa y Asia, cuyos agricultores para consumo y siembra dentro del territorio, incluyendo materiales dedicados a ese rubro, eran adquiridos también a precios más baratos. El problema fue que ellos se vieron privados de vender sus propios productos nacionales, sobre todo en el extranjero, ya que se adquirían por parte de clientes internacionales a precios más baratos, dejando un margen de ganancia considerablemente bajo. En la actualidad, la agricultura regional y nacional, presenta un índice de ganancia con un leve margen de ganancia en razón de todo lo anterior, por lo que muchos trabajadores actuales del agro, no alcanzan a cubrir la mayor parte de sus gastos, debido a la baja ganancia derivada de esta crisis que se inició a comienzos de 2000, sumándose recientes factores ambientales y climatológicos como el fenómeno de «La Niña» que también se detectaron en julio de este año. Si bien algunos cultivos y cosechas tienen un relativo éxito, ello se ha agravado aún más con la creciente inseguridad que se vive en la Región, debido a los ataques que sufren al interior de sus predios, sabiendo que sus cosechas pese a todo lo demás, pueden ser un buen potencial de cosecha en razón de que esta se está adaptando a los nuevos tiempos y cambios derivados. Así sucedió este año, más concretamente en octubre de este año, cuando el Gremio de Agricultores de Malleco se reunió con el nuevo Subsecretario del Interior, Luis Cordero, a quien le manifestaron su inquietud por estos continuos hechos de inseguridad en la zona.
Dicha reunión por tanto, permitió a los agricultores exponer los problemas que enfrentan debido a los constantes ataques y hechos de violencia rural que afectan sus actividades, donde se espera que puedan revertir esta situación mediante un avance en el programa que alguna vez inició el ex-Subsecretario y otrora Delegado Presidencial Manuel Monsalve, respecto del Plan de Seguridad Agroalimentaria. Por tanto, este programa ha sido considerado clave estos últimos 3 años a fin de bajar la tasa de robos, extorsiones y ataques incendiarios -lo que es de conocimiento público-, en las zonas agrícolas y que los mismos agricultores puedan retomar sus cosechas de manera normal.
Fue así que el Vicepresidente del Gremio, Héctor Urban se refirió al tema de la siguiente manera:
“El Subsecretario se comprometió a mantener el Plan de Seguridad Agroalimentaria. Le dimos a conocer cómo funciona, y sirvió para que se empape de la realidad de lo que pasa en la Región”.
Fue así que durante la reunión, se abordó además el Estado de excepción constitucional de emergencia, el cual se halla vigente en La Araucanía desde hace dos años y medio. Incluso Urban señaló que «si bien el Subsecretario no entregó mayores detalles sobre cambios en la medida, aseguró que de momento este se mantendrá, lo que considera una señal positiva para la Región».
Además agregó que “Nuestra principal preocupación es la seguridad a nivel regional, y esta medida es fundamental para mantener un mínimo de control en el área«.
Por lo mismo, podemos inferir que La Araucanía en ese sentido, ha sido escenario de ataques vinculados a la violencia rural, afectando tanto a agricultores como a varios sectores productivos de la Región. Entre todo eso se cuenta además la quema de camiones y tractores, como también los ataques incendiarios a los mismos predios, sobre todo en la Macrozona donde recurrentemente los conflictos son una cosa constante que ha perjudicado a varios trabajadores agrícolas y transportistas de carga pesada que también se hallan vinculados a ese sector. Es a raíz de todo esto, que la agricultura especialmente en zonas cercanas a Victoria, Lonquimay, Curacautín, Traiguén y Perquenco, suelen verse afectadas por ese mismo motivo y sumado al reciente resurgimiento de esta en razón de la crisis eventualmente vivida a comienzos del tercer milenio.