LA GIOCONDA Y SU MISTERIOSA SONRISA: EL ORIGEN DE ESTA MAGNÍFICA CREACIÓN DE LEONARDO DA VINCI

NOTA PERIODÍSTICA/HISTORIA DEL ARTE/RENACIMIENTO.

Leonardo da Vinci (1452-1519), fue sin duda uno de los polímatas más destacados del Renacimiento italiano. Pintor, músico, arquitecto, diseñador, etc. que lo catalogaron a la fama de Hombre universal cuyo renombre además fue continuado por el guatemalteco Efraín Recinos, destacado ingeniero, arquitecto y artista que también creó numerosas obras de diseño y decoración arquitectónica, junto a otras destacadas obras, siendo este célebre artista de amplia barba y conocido además por diseñar «El hombre de Vitruvio» y la pintura «La última Cena», que hoy se conserva en Milán, reconocido además por crear la inmortal pintura «La Gioconda» conocida además como la «Mona Lisa». La obra, que forma parte de las principales colecciones del Museo del Louvre en París, Francia, sigue cautivando a los historiadores del arte, artistas renombrados y emergentes, como a los mismos críticos, expertos y académicos, que la han convertido en influencia y materia de estudio.

Esa sonrisa misteriosa que suele decir mil cosas, mirando fijamente al espectador, continúa dando pie a misteriosos orígenes lo que ha dado una amplia materia de discusión, siendo la versión más aceptada a cargo de Giorgio Vasari, pintor, historiador y escritor del s. XVI, que señala la identidad de la modelo que alguna vez posó para el retrato: se trataría de Lisa Gherardini, esposa del comerciante de seda Francesco del Giocondo. Pues de esta obra se desprenden los característicos nombres de «Mona Lisa» o «La Gioconda», que de acuerdo al italiano estándar quiere decir «Sra. Lisa», mientras que el diminutivo «Mona» en ese idioma viene de «Madonna», mientras que «Gioconda» en el giro italiano coloquial sería «jubilosa, alegre o feliz». Ello obviamente, dio los nombres correspondientes a esta enigmática sonrisa.

Se trata por tanto, de un óleo sobre tabla de madera que mide 77 x 53 cm. exhibido en la Sala 6 de la primera planta del ala Denon ubicada en el Museo del Louvre. En 1911, la obra fue robada de la galería por un italiano llamado Vicenzo Perugia, que aparentemente trabajaba en este y usando una bata de este, descolgándolo y separando la tela del marco para esconderlo entre sus ropas y huir con esta. Al día siguiente, ello se informó en el rotativo de aquel tiempo «Le Petit Parisien», lo que además copó el resto de medios franceses e incluso dio la vuelta al mundo. En 1913, fue finalmente recuperado en Florencia, donde Perugia quería venderlo a una galería italiana perteneciente a la galería de los Uffizi.

Al poco después, y luego de exhibir la obra recuperada por varios lados de Italia, fue devuelta a París en tanto Perugia acabó detenido por las autoridades del país. El hombre quería devolverlo a su país y que este no fuera invadido por el monopolio extranjero (aludiendo a la posesión de Francia sobre la obra), según declaró al momento de ser arrestado. Ya una vez de vuelta en Paris, la obra fue asegurada e incluso cerrada con vidrios a fin de que nadie más pudiera robarla, y hasta hoy es conocida con el nombre francés de «La Joconde», cuyo nombre es una adaptación del idioma italiano original. Los hechos ocurrieron un año antes de que se hundiera el «Titanic» (1912 en este caso), mientras que en 1911, el mismo año del robo, nació el actor y futuro Presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan.

La noticia del robo claramente tuvo alcance internacional luego de que se refirieran a la obra robada como «la obra maestra italiana». En 1913, cuando ya el cuadro de Leonardo Da Vinci volvió a París, una foto de aquellos años muestra a la Mona Lisa luciendo enmarcada y en su pared de siempre, contemplada por los encargados del Museo del Louvre. Volviendo a sus orígenes, en el año 1550 un asistente del comerciante Francesco del Giocondo, señaló en un documento que «Leonardo hizo para (su patrón en este caso), el retrato de su mujer Mona Lisa y a pesar de dedicarle los esfuerzos de cuatro años, lo dejó inacabado».

Dicha teoría se reforzó en 2005 cuando Veibt Probst, Director de la Biblioteca de la Universidad de Heidelberg (Alemania), encontró una inscripción hecha por Agostino Vespucci, amigo de Leonardo Da Vinci, que señaló: «Leonardo trabaja en tres obras pictóricas, incluyendo el retrato de Lisa Gherardini». Así, amparados con la certeza que la mujer de aquel célebre cuadro es la esposa de Del Giocondo, en 2011, los expertos del Comité Nacional Italiano para la Promoción del Patrimonio, dirigidos por Silvano Vinceti, buscaron los restos de dicha mujer, que según se cree, pasó los últimos días de su vida al cuidado de su hija que era monja, en el convento Santa Úrsula de Florencia.

Dicho esto, en 2013 y a 100 años de la recuperación de este cuadro robado, los expertos desenterraron los supuestos restos de la mujer, Lisa Gherardini que fueron comparados con los de su hijo Piero, y que hoy se encuentran en la cripta de la Familia Del Giocondo, a fin de certificar que se trata de ella. Sin embargo, las teorías y observaciones sobre el célebre cuadro de Leonardo Da Vinci aún no acaban, pues cada día salen a la luz diversas teorías que aluden a la misteriosa sonrisa de la Mona Lisa, lo que además ha sido llevado a la cultura popular tanto en películas, televisión e Internet. Es por ello, que la vida de Da Vinci como también su obra en la que se retrata a esta enigmática mujer, continúa para muchos siendo un misterio incluso a lo largo de toda la Historia del Arte.

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