[VIDEO] CEAUŞESCU: LA HISTORIA DE UN CONTROVERTIDO DICTADOR COMUNISTA DE RUMANIA

NOTA PERIODÍSTICA/GUERRA FRÍA/POLÍTICA EXTERIOR.

Rumania se podría decir que es una “isla” latina ubicada en Europa del Este en medio de un océano eslavo donde no siempre halla buen acomodo, pues las diferencias lingüísticas y culturales con sus países vecinos son notables. De este modo mantiene su cultura latina pese a estar rodeado de húngaros y eslavos con cuyas civilizaciones suele contrastar. En términos políticos y del comunismo, su líder histórico, Nicolae Ceauşescu, el autodenominado Conducator (“Conductor”), fundamentaba su autoridad, siendo la clave de definición de su singularidad rumana.

De hecho, Rumania fue el último país de su órbita geo-política en deshacerse de la dictadura comunista tras Polonia, Hungría, la República Democrática Alemana (RDA), Checoslovaquia y Bulgaria. Incluso después del régimen, también sería el país más retrasado en la implantación y  consolidación de un sistema democrático y que hasta hoy vivió una situación más agitada, teniendo un mayor número de víctimas. Por tanto, la figura de Ceauşescu que polarizó la vida de Rumania durante un cuarto de siglo, ha estado unida de manera permanente a la de su mujer, Elena, con quien compartió el poder y hasta el último día, abarcando su fusilamiento.

Ceauşescu quien fue un estudiante solitario y pobre que estudiaba con libros prestados, pasó en poco tiempo de aprendiz de zapatero en su localidad natal, Scornicesţi (nació en 1918), a escalar importantes puestos en el Partido Comunista Rumano (PCR). Incluso compartió celda con Gheorghe Gheorghiu-Dej, futuro presidente de la República, convirtiéndose en su protegido. En 1947, cuando los comunistas entraron en el poder, Ceauşescu ascendió en su formación. Al tiempo ostentó diversos cargos en la estructura política del Estado, presidiendo en pocos meses el Consejo de Estado y el Consejo de Defensa, los máximos centros del gobierno rumano.

Sin embargo, el talón de Aquiles de Ceauşescu fue su vanidad, que corría a la par con el de su mujer, Elena, quien decoraba su currículum científico con premios y reconocimientos en su mayoría extranjeros, algunos inexistentes y otros comprados. En tanto, Nicolae adoptó, casi como si se tratase de un apellido, la condición de “Conducator”, conductor del pueblo. Ambos manejaban los asuntos públicos como si se tratara de la actividad doméstica, con la diferencia de que su forma de gobernar eran cada vez más dura. En tanto los dos hijos del matrimonio, Zoia y Nicu, que tuvieron una aparición pública en muchos casos escandalosa, acabaron muriendo años después, a excepción de Valentin que prefirió estar a espaldas del extravagante estilo de vida de su familia y llevar una vida más tranquila, siendo el único sobreviviente.

A mediados de los 60, Ceauşescu mantuvo su voluntad de independencia respecto de la URSS, sumándose a las críticas internacionales que hizo a la intervención soviética que atajó la Primavera de Praga de 1968, lo que fue aplaudido por el pueblo.  Por mucho tiempo, fue considerado el tercer rupturista (tras el yugoslavo Mariscal Tito y el albanés Enver Hoxha) del monopolio soviético. Eso sí, nunca llegó al grado de desapego ni a romper relaciones con sus mentores de la Unión Soviética, pero las diferencias que marcó pudo explotarlas de cara al exterior.

Por ese motivo, su actitud fue valorada de manera positiva en Occidente, con un amplio respaldo de Estados Unidos. Algunos países por su parte, dieron muestras de acercamiento al nuevo país discrepante, iniciando relaciones y firmando acuerdos mutuos de cooperación. Es así que muchos gobiernos veían con esperanza esta política, la cual prometía abrir una brecha en el monopolio comunista. Importantes dirigentes como el Presidente francés Ch. De Gaulle o el norteamericano Jimmy Carter, hicieron elogios sobre la apertura iniciada por Rumania.

Cabe destacar que el acontecimiento más importante de su liderazgo fue la visita del Presidente norteamericano Richard Nixon hecha en 1969 a Bucarest, siendo su primer viaje al Este comunista. Poco después, el «Conducator» fue recibido en Londres por la Reina Isabel II. Ceauşescu se convirtió en el dirigente comunista más viajero, seguido del Papa Juan Pablo II -que también viajó siendo pontífice- acompañado de su esposa. Otra iniciativa que enfadó a los jefes soviéticos, que nunca dejaron de considerar a Rumania como la oveja escapada del redil, fue la visita de Ceauşescu a China en cuyo contexto, las relaciones entre Pekín y Moscú eran de suma tirantez.

No por nada, Ceauşescu se decidió a defender el poder absoluto. A raíz de eso, los calificativos recibidos en los medios de comunicación rumanos se disputaban la ridiculez: lo denominaban “Genio de los Cárpatos”, “Héroe del Trabajo Social”, “Personalidad excepcional del mundo contemporáneo”. En tanto, la vida política fuera del Partido Comunista Rumano, estaba prohibida y vigilada por la Securitate, la policía política del régimen. Por tanto, no se admitía ninguna crítica ni difusión de noticias que no fueran elogiosas para el gobierno y su pareja dirigente. Por su parte, los artistas y cantantes locales debían actuar en la clandestinidad, a menos que apoyaran la posición política del régimen, por lo que sus obras y éxitos se mostraron públicamente años después. Los deportistas, escritores y poetas tuvieron sus apariciones públicas en privado, muchas veces por exilio o afinidad al régimen, o bien porque la televisión y medios locales sólo mostraban todo lo concerniente a Ceauşescu, cual culto a su personalidad, relegando otros temas de interés y entretenimiento colectivo.

Conforme avanzaba el tiempo, en diciembre de 1989, la policía política detuvo al pastor luterano László Tőekés, de origen húngaro lo que provocó un estallido de ira popular que fue respondido con una sangrienta represión, con el descontento previo hacia el régimen comunista. Ceauşescu intentó asimismo, salir al paso de las protestas convocando una manifestación de apoyo al régimen, sin embargo, en ese momento no aplaudieron a un régimen que ya era impopular y cruel. La tensión imperante derivó en violencia y víctimas, pues el pueblo ya estaba cansado. Las revueltas dejaron numerosos muertos y heridos, reproduciéndose en todo el territorio nacional. En tanto, los propios militares se sumaron al derrocamiento del primer dirigente comunista obligando a huir por su propio pueblo, sacándose el distintivo comunista de sus ushankas, mientras los rumanos cortaron el escudo del régimen de sus banderas.

En tanto huían, Ceauşescu y su esposa que iban en helicóptero, donde el piloto aterrizó simulando una falla mecánica, hasta que llegaron en un segundo vehículo hasta un terreno agrícola donde fueron encerrados y posteriormente a una base militar donde fueron detenidos. Poco después, fueron sometidos a un juicio sumarísimo, sin un defensor que les respaldara siendo condenados a muerte. La opinión internacional acordó que el juicio de carácter televisado no fue más que un espectáculo, considerándolo una «farsa judicial». Por ello, siendo atados de manos el día de Navidad, Nicolae Ceauşescu y Elena fueron fusilados, cuyas imágenes televisadas desde Târgovişte llevaron a la euforia de la gente, mientras los telespectadores aplaudieron aliviados. Cuentan además que cuando les iban a disparar, Ceauşescu gritó poco antes: “¡Viva Rumanía socialista, libre e independiente! ¡La historia me vengará!”. Falleció en el acto tras los disparos y morir cantando «La Internacional», el famoso himno comunista. Tenía 71 años al momento de su deceso, mientras Elena tardó en morir unos minutos, motivo por el que los militares la remataron a balazos.

Hasta hoy, el lugar donde habían sido enterrados, se mantuvo en secreto por varios años, mientras que las nuevas autoridades temían que su sepultura se convirtiera en un santuario para sus seguidores. Todo esto generó muchas especulaciones, ya que muchos creyeron que estaban vivos, exiliados en alguna parte o quizás en prisión. Al final, sus restos fueron exhumados, siendo certificada su identidad gracias a las pruebas de ADN. A la fecha, Rumania intenta levantarse y abastecerse con ayuda del mismo enriquecimiento que alguna vez poseyeron los Ceauşescu, obtenido de forma no legítima y en base a su desmedido poder, como para ir solventando y ayudar a gran parte de la población, que a la fecha no escapa de sus carencias y del desmantelamiento económico que el país sufrió durante el régimen, mientras sus actuales gobernantes luchan por reconstruir una democracia que en este minuto aún se encuentra a mal traer.

A continuación, revisa el video aquí:

También te puede interesar