STRADIVARIUS: LA MAGIA DE LOS LUTHIERES DE VIOLINES

NOTA PERIODÍSTICA/HISTORIA DE LA MÚSICA/ARTESANÍA.

El oficio de luthier siempre ha estado vinculado a la construcción de instrumentos de cuerda. No es menos si nos referimos principalmente a la hechura de guitarras, charangos, mandolinas, violines, violas, violonchelos, contrabajos, todos ellos, importantes familias de instrumentos de cuerda como reiteramos. Entre tanto, veremos uno de los instrumentos más populares y usados durante la ejecución orquestal y de música clásica: el violín, que conoceremos a través de su historia y de la mano de luthiers como Antonio Stradivarius quien dio una renovación definitiva al violín constituyéndose en su forma actual.

Nacido en Cremona, comuna célebre por la fabricación de violines y otros instrumentos de cuerda en la actualidad, Antonio Stradivarius, se formó como aprendiz en el taller de Nicolò Amati y después de un tiempo, decidió colocarse por su cuenta con su propio oficio en la Piazza San Domenico de su ciudad natal. Allí se hizo célebre por su fabricación de instrumentos de cuerda, en especial los violines que llevan su nombre.

Una de las características más notorias que reflejó en sus propias creaciones de violines, fue la alteración que hizo en los modelos que venían de su maestro Amati, donde mejoró el arco, se calcularon los espesores de la madera, se coloreó el barniz aún más y se mejoró la construcción del mástil, dándole un toque único a cada modelo construido por este artesano italiano.

Además, se considera que en general sus mejores violines fueron hechos entre los años 1683 a 1715, que superaron a los construidos en lo que a calidad se refiere durante 1725 a 1730. Luego de eso, se sabe que cada creación llevaba una placa con el nombre de Antonio Stradivarius, lo que fue continuado por sus hijos Omobono y Francesco.

Y no sólo de violines vivió este famoso luthier italiano, también creó arpas, guitarras, violonchelos y violas, conservándose alrededor de 650 ejemplares. Cabe destacar en ese aspecto que sus instrumentos son considerados los más bellos del mundo, como también su alto precio y aún usados por intérpretes profesionales. Otros nombres de luthieres que han seguido la tradición cremonesa han sido Amati y Guarnieri, pero Stradivarius es el nombre que más ha trascendido en la creación de dichos instrumentos.

El único acceso público que se puede tener a un Stradivarius es un ejemplar conservado en el Palacio Real de Madrid a través de su Patrimonio Nacional de España donde se incluyen dos violines, un violonchelo y una viola y que forman parte de la Real Biblioteca.

A su vez, en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, una colección de Stradivarius se conservan tres violines, un contrabajo y un violonchelo, todos creados por él. En tanto, la Orquesta Sinfónica de Nueva Jersey tiene varios instrumentos pertenecientes a Stradivarius en su sección de cuerdas.

Hoy en día, han surgido principalmente en los años 90, varios nombres dedicados a la fabricación de violines, como Francesco Bissolotti, quien dispuso de su propio taller desde la misma Cremona, Stefano Konia y Luiz Bellini, quienes han sido los nombres más célebres en el ámbito luthier. Además, han surgido jóvenes generaciones que continúan la tradición de creación del violín como de otros instrumentos de cuerda, manteniéndose en el tiempo el oficio creado por su antecesor, y como no, de los grandes maestros cremoneses que han deleitado tanto a sus músicos como sus coleccionistas. Sobre Stradivarius nació incluso una película dedicada a su vida interpretado por Anthony Quinn quien personifica a este gran maestro de la violería italiana y que narra sus logros vendiendo sus mejores instrumentos a músicos, reyes y coleccionistas destacados. No por nada, Antonio Stradivarius ha sido uno de los más grandes fabricantes de instrumentos de cuerda de todos los tiempos, cuyo legado permanece vigente.

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