MOLINO RUEDI: HUELLA PATRIMONIAL DE CURACAUTÍN

NOTA PERIODÍSTICA/PATRIMONIO/HISTORIA.

En Curacautín existe un particular molino que en la actualidad forma parte del patrimonio de la comuna: nos referimos al molino de primera categoría «San Pablo» -hoy en día «Molino Pablo Ruedi»-, el cual tiene su origen en la sociedad formada desde Valparaíso, el día 28 de julio de 1896, por los Sres. José Nixon y Juan Fowler, quienes administraban una sociedad comercial en comandita simple, estipulada a través de escritura pública a fin de establecer y explotar un molino de harina en el pueblo de Curacautín.

Por ello, el giro de la sociedad correspondía al rubro de la molinería. También se trabajaría en el rubro de la madera, compra de frutos del país, etc. Por ello, de los dos socios que formaron la sociedad, el Sr. Fowler era socio comanditario y pasivo, siendo a su vez el Sr. Nixon el principal socio activo y gestor.

A su vez, la razón o firma social fue José Nixon & Compañía, pudiendo usarla sólo él. Desde allí, el Sr. Nixon aportó a la sociedad el dominio de una media manzana de terrenos que en ese minuto poseía, viéndose obligado a adquirir desde Curacautín para instalar en ellos, así como el molino y las dependencias, una turbina, un par de piedras para moler ya depositadas en el mismo pueblo, el uso de las aguas necesarias del canal de su propiedad ubicado en Curacautín, lo que garantizó que dichas aguas serían en todo tiempo suficiente para impulsar las máquinas y permitir el correcto funcionamiento del molino. De igual manera, aportó su industria y servicios personales. Además, Nixon realizó todos estos aportes, ya que en 1894 compró a D. Arturo Nogueira el canal sacado del Río Negro, junto con los siete sitios cerrados que poseía dicho señor en Curacautín, incluyendo además una turbina con accesorios, piedra de molino y maderas.

Fue así como el 18 de abril de 1899, se disolvió la sociedad José Nixon & Compañía, quedando Juan Fowler como único propietario. Asimismo, el 29 de mayo del mismo año, se formó en Valparaíso mediante escritura pública, la sociedad comercial llamada Ruedi & Compañía, cuyos socios eran Juan Fowler y Cristian Ruedi, siendo éste último el socio gestor y activo. En tanto, el socio comanditario (Fowler) aportó el usufructo del establecimiento así como la existencia de créditos del molino y el socio gestor aportó $5.000 en dinero efectivo, además de la industria y servicios personales.

Del mismo modo, el 20 de octubre de 1904, el Sr. Pablo Ruedi le otorgó en Victoria un poder amplio en a su hermano Cristián para la formación de una nueva sociedad. Por ese mismo motivo, el 14 de noviembre de 1904 se disolvió la sociedad anterior y se formó una nueva sociedad, donde se agregó a Pablo Ruedi, a Juan Fowler y Cristian Ruedi, siendo sólo los hermanos Ruedi los principales socios gestores. A partir de allí, se continuó llamando Ruedi & Compañía. Entremedio, Juan Fowler aportó el dominio del establecimiento con los sitios Nos. 1, 2, 3, 5, 6, 7 y 8 que incluyó todo lo edificado y plantado además de las maquinarias del establecimiento y el fundo Río Blanco.

Poco después, la sociedad Ruedi & Compañía se liquidó el 2 de noviembre de 1906. Los Sres. Ruedi adquirieron las dependencias y el canal fluvial al Sr. Fowler. Hasta que en 1921, se terminó de cancelar la deuda a Fowler.

En Victoria el día 3 de diciembre de 1906, D. Cristián y Pablo Ruedi acordaron formar una sociedad comercial y colectiva que giraría en Curacautín hacia los siguientes negocios: explotación de la Hacienda y Molino Curacautín, elaboración de madera, compra y venta de mercaderías y frutos del país y extranjeros, junto con cualquier otro ramo que entre ambos acordaran, exceptuando las especulaciones riesgosas que quedaron absolutamente excluidas de la esfera de los negocios sociales.

Así, la razón o firma social quedó como Ruedi Hermano, que pudieron usar indistintamente ambos socios como encargados de la administración de la sociedad, siendo el domicilio definitivo en Curacautín.

Asimismo, las propiedades de esta sociedad eran los sitios Nos. 1, 2, 3, 5, 6, 7 y 8 pertenecientes a la manzana 44 con todo lo indicado y plantado, lo que incluyó las maquinarias del establecimiento, el canal, derechos de agua, etc., además del fundo Río Blanco formado por diferentes hijuelas, que también eran de la sociedad, las cuentas e hipotecas por cobrar de la primera sociedad Ruedi & Compañía, que para ese entonces se había disuelto.

El 21 de enero de 1913, se disolvió Ruedi Hnos., lo que llevó a que los socios retiraran parte del capital mantieniéndose un capital común con una nueva sociedad. En 1916, Pablo Ruedi compró sus derechos de la sociedad a su hermano Cristian, pero legalmente dicha sociedad se disolvió en 1921, continuando con el giro el Sr. Pablo Ruedi Branger. Fue así que hasta 1925, el molino contó sólo con tres pisos, sin embargo construyeron 2 pisos más. Esta nueva construcción por ello, quedó lista en 1927 lo que incluyó la maquinaria y la nueva turbina.

En 1966, tras el fallecimiento de Pablo Ruedi, el molino pasó a la sucesión de su fundador, cediendo sus derechos la Sra. Elena Ruedi a su hermana Cristina. Esta a su vez, formó una sociedad con su hija Paz Henríquez trabajándolo hasta 2000. Luego de eso, lo vendió a su actual propietaria, la Sra. María Elena Sola Ruedi, que lo arrendó a D. Emilio Saavedra por un período de 10 años.

En 2010, se realizaron las gestiones pertinentes para registrarlo como Museo Pablo Ruedi Branger albergando en sus dependencias el Archivo de Historia de Curacautín (que incluye información documental y fotográfica). En dicha gestión sólo hay 4 personas involucradas: entre ellas la Sra. María Elena Sola Ruedi como propietaria del edificio, el Sr. Pablo Sola Ruedi y la Sra. Patricia Mora como historiadores y encargados del material histórico-documental de la comuna y D. Héctor Alarcón Carrasco, escritor e investigador de historia nacional y local, que alberga el Archivo de Historia de Curacautín (información documental y fotográfica).

Entre los años 2018-2019, el Molino Ruedi fue testigo de la visita realizada por el equipo de la Red de Organizaciones Culturales Comunitarias (ROCCO) y el Canal 3 Abajo e’la Línea TV de Temuco, quienes dieron cuenta de este registro histórico concerniente a esta construcción patrimonial, lo que incluyó una visita guiada y detalles poco conocidos de la historia de este pintoresco y legendario molino, siendo de igual manera un atractivo turístico y dirigido a quienes deseen adentrarse en la historia cultural y local de la comuna de Curacautín y su patrimonio arquitectónico.

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