MÚSICA & WURLITZER: EL FENÓMENO YÉ-YÉ EN FRANCIA, ESPAÑA E HISPANOAMÉRICA EN LOS 60 Y 70’S.

NOTA PERIODÍSTICA/TENDENCIAS CON HISTORIA/VOGUE/MÚSICA.

Uno de los fenómenos musicales y de moda del momento que empezó a gestarse a partir de los años 50 y 60 donde tuvo su mayor consolidación y apogeo, fue el fenómeno yé-yé, que nació precisamente en Francia (de ahí su denominación estilística y acento característicos), durante la emisión del programa radial Salut les copains! («Hola, amigos!»), que inició un espacio de auténtica vitrina para los cantantes del momento inspirados por el rock y la balada ligera de aquellos años. Su música claramente se vio influenciada por el soul, rythm & blues, el pop y los girl groups americanos. El programa francés que era conducido por Daniel Philipacci y creado por Lucien Morisse a partir de 1959, tuvo como objetivo presentar la música de varios artistas jóvenes del momento. Para aquel entonces ya sonaban grupos norteamericanos como The Ronettes, The Shirelles, The Shangri-Las, etc.

Pero en la versión de este espacio radial francés, surgieron las nuevas generaciones de artistas yé-yé, principalmente mujeres a través de la sección Le chouchou de la semaine donde muchos ye-yés comenzaron a despuntar con sus propias carreras musicales. Tal es el caso de France Gall, Brigitte Bardot, Sylvie Vartan, Sheila (considerada un verdadero icono musical de las chicas yé-yé), que tuvo gran éxito en los 60-70, a la par con Clothilde, Jane Birkin (francesa de origen británica), Jacqueline Taïeb, Stella, Petula Clark, Anna Karina o Ria Bartok. Cabe destacar que las cantantes del momento trataban a lo largo de sus letras, temas bien conocidos y propios de las adolescentes de la época, provocando que éstas se identificaran con sus propias referentes musicales.

El fenómeno yé-yé tuvo un estilo similar a la vez que exitoso en Canadá (sobre todo en Québec) y Japón cuyo estilo era conocido como Shibuya-key, de donde se cree pudo tener su origen. Lo mismo ocurrió en España, Italia y Alemania, donde este fenómeno tuvo numerosos adeptos tanto en la moda como en lo musical. El movimiento considerado plenamente europeo, además de Francia, tuvo éxito en otros países del continente con sus propios representantes, entre ellos Rita Pavone, Mina o Patty Pravo (esta última conocida por su éxito «La Bambola»). En España, el movimiento alcanzó su mayor apogeo teniendo una amplia durabilidad en los años 60, principalmente 1963-1968, siendo su referente principal la cantante Pilar García de la Mata y Mimo. Fue en ese contexto que además surgió la película «Historias de la Televisión» en 1965, cuyo intérprete principal fue la cantante Conchita Velasco, que también actuó en la cinta e interpretó el tema «La chica yé-yé», verdadero éxito de aquellos años que tres décadas más tarde fue popularizado por el grupo Olé-Olé, que tuvo como vocalista a la cantante Marta Sánchez, cuya letra y coro aún se recuerda, sobre todo en Hispanoamérica: «Búscate una chica, una chica yé-yé, que tenga mucho ritmo y que cante en inglés, que tenga el pelo alborotado y las medias de color…una chica yé-yé, una chica yé-yé que te comprenda como yo». Dicha letra que habla del desamor de una mujer tradicional de aquellos años al ver que su novio prefiere a otra chica que reúna estas características y que caló hondo en gran parte del repertorio musical de habla hispana, acentuándose aún más en la versión de Olé-Olé, que también tuvo su propia versión en 1998 para el programa infantil «Cachureos», cuyas modelos que acompañan a Marcelo y sus personajes tuvieron esta denominación dándole un toque más inocente a este grupo de chicas, siendo conocidas en adelante como las «chicas yé-yé» que también se atrevieron a cantar sus propios temas, incluyendo «Atrévete a mirarme» (original de Los Wawanco) que salió en 1999 y formó parte de la temporada «Cachureos» de ese año, pero con algunas adaptaciones y ambientación de los años 70, principalmente en su recordado videoclip. No por nada, la cantante original, Conchita Velasco fue considerada una icónica representante del movimiento yé-yé, junto a sus colegas del ámbito musical, Marisol, Rosalía, Lita Torelló, Salomé, Lorella, Ana Belén (que ha trabajado en varios éxitos con Víctor Manuel), Karina, Gelu y Rocío Dúrcal.

De igual manera, también han surgido representantes masculinos del género, siendo en Francia los más destacados, Richard Anthony, Michel Polnareff, Serge Gainsbourg (que compuso varios éxitos para cantantes de este estilo), Michel Berger, Johnny Hallyday, Jacques Dutronc y Salvatore Adamo, quien pese a ser ítalo-belga y continuador de la chanson francesa, se le identifica bien a menudo con este estilo, siendo que surgió como cantante en los 60 a la par con sus colegas francófonos y su compatriota Frédéric François, también italiano afincado en Bélgica que de igual modo emergió en la década siguiente. España tuvo a su vez, sus propios representantes solistas, entre ellos Raphael (conocido como «Raphael de España» o «Er Niño de Linares») y Juan Erasmo Mochi. Hispanoamérica tampoco se ha quedado atrás, ya que algunos cantantes más destacados del género yé-yé han sido Sandro y Palito Ortega (Argentina), cuya vigencia musical aún perdura y aún suena en las radios, con algunos espacios en la televisión.

Este particular género, a la vez ha influido en artistas posteriores, especialmente en los 90 y la década del tercer milenio, como también en muchos artistas que reinterpretan sus canciones y crean sus propios covers. Por aquel tiempo además, surgieron principalmente en los 60 fiestas temáticas, cuyas reuniones sociales eran en casas de amigos, eventos organizados, recepciones, incluso en Chile donde eran comunes los «malones» invitándose a quienes poseían tocadiscos, a la vez que en los restaurantes o fuentes de soda, la música de este estilo se tocaba en wurlitzers, en tanto se generaban reuniones de amigos, muchos de ellos con sus pololas o novias (quienes ya tenían un compromiso oficial de matrimonio), disfrutando al ritmo de los estilos musicales del momento. Sin lugar a dudas, un estilo y una moda que dejó su propio legado cambiando de una u otra forma, la esencia de la música.

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