LA TUNA: HISTORIA DE UNA LEGENDARIA TRADICIÓN UNIVERSITARIA

NOTA PERIODÍSTICA/UNIVERSIDAD/HERMANDADES/MÚSICA Y CAMARADERÍA.

A propósito del último Encuentro Internacional de Tunas y Estudiantinas realizado en gran parte del país y que englobó a agrupaciones venidas del continente latinoamericano y cómo no, Chile, en esta nota queremos dar a conocer la historia, precisamente de esta agrupación muy particular, que nace en la antigua España del s. XIV-XV, más en concreto la Universidad de Salamanca, donde debido a que la mayoría de éstos no tenían cómo mantenerse o más bien costear sus estudios, se organizaron en gremios o más bien, grupos de estudiantes que al vivir al alero de una Universidad, se expandieron por gran parte de España viviendo principalmente de sus habilidades musicales para entretener a los nobles, a las gentes pudientes de aquel entonces y los monarcas como también a la gente que circulaba por gran parte de las plazas públicas de España, que les daban algunas monedas y cooperaciones voluntarias.

De igual manera, el movimiento se expandió a gran parte del país y al mismo tiempo, al vecino Portugal. Varias agrupaciones representaron a cada universidad de dichos países, que hasta hoy conservan su legado y cuyas generaciones que han desfilado por la Tuna, hoy en día son grandes profesionales, reconociendo en su propia hermandad, un gran impulso y apoyo en los momentos gloriosos y difíciles, más allá de lo académico. Pues muchos reconocen que la música tradicional, principalmente universitaria de pasodobles y otros estilos propios de la cultura española, como la isa canaria, el vals y el fado para el caso de Portugal, expandiéndose más allá de las fronteras europeas, llegando a América Hispana, donde los ritmos más característicos, han sido el bolero, tonadas, cuecas, cumbias y otros ritmos (Chile), vals peruano, rancheras mexicanas, joropo venezolano, huayno, vallenato colombiano, etc.

Los instrumentos más característicos de este movimiento son la guitarra (de carácter esencial), pandero, castañuela (típico e imprescindible), timple canario, cavaquinho portugués, laúd, mandolina, cuatro venezolano, vihuela, cajón peruano, afuché, charango, violín, gaita, congas, entre otros, de carácter alternativo y dependiendo de las zonas geográficas donde se halle la Tuna, como también el repertorio que de igual manera, requiere instrumentos según la canción a interpretar o del criterio de cada agrupación, todo ello regulado por un director musical a cargo de la preparación del repertorio y el acuerdo unánime del resto de integrantes.

En razón de ello, la Tuna teniendo un claro origen español, se ha expandido por Portugal, llegando a Perú, Colombia, Chile, México y Puerto Rico, donde ha tenido desde sus inicios, una gran raigambre especialmente en las universidades. En tiempos más recientes, ha llegado a otros países como Holanda (Tuna de la Universidad de Eindhoven y Ciudad de Luz), Panamá, Guatemala, Argentina y Bolivia. Incluso, hay registros de Tunas en lugares tan poco comunes como China (Tuna de Cantón) y hasta Gran Bretaña. Las vestimentas más comunes son un traje negro, camisa blanca, pantys, zapatos negros, capa y beca (para el caso de los tunos), mientras que quienes no tienen beca, son considerados pardillos, es decir, los asistentes de los tunos. Por tanto, los nuevos integrantes que ingresan a esta hermandad, se inician como aspirantes, que son instruidos en el movimiento por sus hermanos pardillos y los mismos tunos. Luego de eso, y en la medida que avanzan, van adquiriendo grados por mérito: pardillo y después de un tiempo, tuno, siendo esta etapa, la culminación de un periodo de aprendizaje que capacita a cada miembro para afrontar con hidalguía y entereza caballera, los desafíos de la vida, sea en su vida personal, laboral o familiar, lo que aplica para la relación con sus antiguos hermanos y la dirección de nuevos integrantes y pardillos que sirven al Tuno. Pues este uso, tiene un concepto filosófico muy parecido a los antiguos soldados o regimientos de caballería español, como también al estilo de la máxima de «Los Tres Mosqueteros»: «uno para todos y todos para uno», donde se refuerzan los lazos de hermandad. Claramente, así lo han reflejado los testimonios de gran parte de sus miembros integrantes que han vivido la experiencia del movimiento. Lo mismo ocurre cuando terminan sus carreras universitarias y son investidos con la entrega de una bandera blanca con un particular signo denominado «Víctor», donde el integrante, sea tuno o pardillo, es agasajado por su agrupación cantándole el tradicional vals «Fonseca» donde se reconoce el término de la etapa académica de cada estudiante, ya convertido en un profesional de tomo y lomo.

De allí en adelante, son comunes los encuentros de Tunas y Estudiantinas que se realizan en gran parte del país, principalmente Iquique y otras zonas del país donde estas agrupaciones, tanto dentro como fuera de Chile comparten escenario, dando lugar a encuentros de camaradería y entregando lo mejor de su música al público, como también asistiendo a contratos, parches -donde se actúa por contratación en cumpleaños, aniversario de matrimonios, eventos para empresas o servicios públicos y tocar música en diferentes locales por dinero, generalmente para la continuidad del movimiento, reparación o compra de instrumentos musicales, además de coste por viajes a encuentros respectivamente- y otras actividades donde sean requeridos, lo que da lugar a la difusión del movimiento.

Ahora, también hay agrupaciones que nacen al alero no sólo de universidades, sino también de centros culturales, escuelas o municipalidades. De hecho, otros nombres para algunas Tunas son denominadas de distrito o consistoriales. Todo dependiendo del lugar donde se encuentren o a la institución donde pertenezcan, los nombres en este caso aplican. Además, un rasgo distintivo que alude a la Tuna sea cual sea su origen, dejarían con el tiempo una huella reflejada en el Siglo de Oro como estereotipo del estudiante alegre y pícaro que podemos encontrar, por ejemplo, en el entremés cervantino de «La Cueva de Salamanca». Otro distintivo son los colores de cada agrupación, que varían según facultad, institución o casa de estudios según la tradición española. Por ejemplo, rojo para Derecho, verde para Empresariales, azul para Ciencias, amarillo para Medicina, azul celeste para Letras y Filosofía, blanco para Artes, naranjo para Economía, morado para Farmacia, etc.

Las canciones más conocidas son «Clavelitos», «Luna de España», «Vagabundo por Santa Cruz», «Ruiseñor», «La morena de mi copla», etc. todas canciones tradicionales del movimiento, compaginado con los mismos temas latinoamericanos que suenan en cada escenario del continente. Es por ello que la Tuna a través del tiempo, se ha ido consolidando como uno de los movimientos más populares en gran parte de los países de habla castellana y que no por nada, han heredado la tradición española y de sus universidades. Hoy en día, la Tuna sigue generando adeptos como a través del tiempo, nuevos integrantes a sus filas en cada contexto académico y cultural que deseen vivir la experiencia del movimiento y el antiguo sentir del caballero. Por tanto, se ha convertido a la fecha en uno de los movimientos que ha seguido fielmente la tradición universitaria y el ideal caballeresco que desde sus inicios, ha forjado los destinos de grandes hombres que han trascendido y de igual manera, han sido un baluarte profesional y grandes líderes al interior de su hermandad, que también han forjado los destinos de sus continuadores.

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