NOTA PERIODÍSTICA/MÚSICA CLÁSICA/OBRAS MUSICALES/GRANDES COMPOSITORES.
En 1893, comenzó un año muy triste para Piotr Í. Chaikovski en el que tras su ruptura de amistad con Nadezhda von Meck, al mismo tiempo que se descontinuó la pensión que ella le había ofrecido junto con ser su mecenas durante 13 años, donde todo parecía ser el final no sólo de su obra, sino que de su existencia misma. Pues una de sus últimas obras lo dice todo: la Sinfonía N° 6 «Patética», compuesta ese mismo año y dirigida por el mismo compositor ruso.
A poco de estrenarse, Chaikovski falleció en febrero de ese año víctima del cólera -según fuentes señaladas tras beber un vaso de agua contaminada, lo que le provocó su enfermedad y muerte- , y por lo que han dicho muchos biógrafos, su última obra que es la que analizaremos en esta nota, era al parecer un adelanto de cómo sería su propio final.
Cada estructura de la obra contiene a lo largo de sus compases e instrumentación, buena parte de un drama personal que sería su último acto. Los cuatro movimientos de esta sinfonía definen en parte aquel momento de desdicha personal que estaba afrontando en sus últimos años. A continuación, daremos inicio al análisis de esta épica obra:
El título «Patética» («Patetícheskaya»), que fue sugerido por su hermano Módest, hace alusión a todo lo que sentía el artista en tanto se atrevió a componer dicha pieza; pues sin ir más lejos, desglosaremos los movimientos:
1. Adagio – Allegro non troppo.
La introducción a este movimiento inicia con un lento y pesado sonido de fagot seguido de las cuerdas. Ello da espacio a una atmósfera oscura y se desarrolla en un solo de viola que concluye en el segundo grupo. Previo a eso, se repite una línea melódica que va acompañada de violonchelos. Esto incluye una melodía en Re mayor a cargo de las violas y los primeros violines. Esta fase musical se interpreta según las indicaciones de partitura dadas por el compositor: teneramente, molto cantabile, con espansione. Ello además implica una transición que da pie al segundo tema que es repetido otra vez por el clarinete solo, hasta aquietarse por el fraseo de un fagot. Segunda parte: El allegro hace su entrada inesperadamente dando comienzo a un fortissimo que es el tema central del movimiento. Como dando cuenta de la irrupción de un clima violento, comienza una etapa dramática e impetuosa que se suele reflejar a lo largo de la pieza. Al mismo tiempo, las trompetas exponen un fragmento del segundo tema, tragado por el torbellino en general. El violonchelo hace su entrada la que es seguida por un coral de metales que se extrae de la liturgia ortodoxa «Dormir con los santos» que corresponde a un oratorio fúnebre de la mencionada iglesia. Allí entran todos los instrumentos de cuerda más los vientos que repiten la misma melodía, que forma parte esencial del movimiento. Concluye la pieza en un decrecendo largo y final que cierra con cuerdas y vientos. El segundo tema recapitula las partes del primero, llevándolos a una revisión final y conclusión de todo lo expuesto en buena parte de la obra inicial, que corresponde a una coda en escala descendente tocada en pizzicato por las cuerdas, reposando a su vez en un coral de vientos, los que se unen para dar el cierre final al movimiento. Duración de casi 20 minutos.
2. Allegro con grazia.
Este movimiento da inicio a una entrada de cuerdas que incluye un compás de 5/4 y que da inicio a lo que podría ser un vals. Es preciso señalar que el movimiento tiene un tempo no muy rápido insertándose en scherzos de tempo moderado. La parte A se encuentra bien descrita en las indicaciones de tempo Allegro con grazia lo que se inicia con una pausa distensiva tras el dramatismo del primer movimiento. La parte B, correspondiente a un scherzo que designa un «trío», y cuya nota principal es un Si menor que es parte importante de la sinfonía, aporta una atmósfera de tristeza y melancolía, lo que es encubierto por una alegría disimulada que se refleja a lo largo de este segundo movimiento. A ello se suma la repetición de compases en negras hecha por los timbales, fagots y contrabajos predominando la nota Re. Tras la formación de una coda, que incluye 8 compases en los que entra una escala ascendente en Re mayor efectuada por las cuerdas, seguido de una escalera descendente armonizada por notas largas que interpretan los metales. Todo ello da lugar a un pianissimo de vals final en común acuerdo para cerrar este tema encabezado por los vientos. El pizzicato de las cuerdas abre el final y el fagot emite un sonido largo que da por terminada la pieza. No por nada, algunos la han definido como una «sonrisa entre lágrimas», que pudo guardar relación con el estado de ánimo de su autor.
3. Allegro molto vivace.
Los violines y el resto del grupo de cuerdas hacen un ingreso seguido de los vientos que vagabundea hasta dar paso a una marcha que consolida este movimiento, precedido por un clarinete solista. El resto de la pieza célebremente orquestada hace un atronador sonido de todos los instrumentos musicales, que ponen de manifiesto que se trata de una marcha con altisonantes efectos, que parecen reflejar un posible camino al abismo, combinado con cuerdas, viento madera y metales, que recuerdan a la 5° Sinfonía «Im Walde», de Joachim Raff en la que al parecer Chaikovski se inspiró.
4. Finale: Adagio Lamentoso.
En este cierre de obra, un suspirable ingreso de cuerdas hace su aparición hasta decaer en un tema andante en la sección central. Ello va seguido de una coda, precedido por un contraste entre las cuerdas y el andante mismo. En tanto, la coda se abre con un piano tam-tam seguido de un coral de metales y una variación menor del Andante. Es así que la sinfonía cierra con un acorde en Si menor donde los instrumentos bajan de nivel y callan paulatinamente sus sonidos, dando lugar a un sombrío final que parece el fin una etapa. La mayor osadía, fue colocar precisamente un movimiento lento al final de la obra, cuya idea fue emulada por Gustav Mahler en sus propias sinfonías. Con ello, Chaikovski da cierre a su catálogo musical como también al final de su vida que se ve reflejado en esta composición, como si de un Réquiem se tratara: un paso hacia la historia de la música clásica y el Romanticismo musical ruso.