HISTORIA DEL CASSETTE: UN ICÓNICO FORMATO MUSICAL

NOTA PERIODÍSTICA/MÚSICA/BAÚL DEL RECUERDO/COLECCIONISTA.

Uno de los formatos más recordados con los que alguna vez crecimos y usaron nuestros papás en los años 70-80, e incluso nosotros vimos expandirse en los 90, es el cassette. Usado por muchos jóvenes de aquel tiempo que escuchaban música en su personal stereo, radiocassette, equipo de música o minicomponente. Incluso, las emisoras radiales grababan los antiguos programas que solían transmitirse con la música del momento. Concebido como un formato musical nacido en Holanda por un empleado de la casa discográfica Philips, siendo una alternativa a las cintas de carrete, que eran parte de los magnetófonos de bobina abierta que grababan diferentes sonidos y pistas. El nuevo invento fue patentado por el ingeniero Lou Ottens, consciente de que las cintas de carrete eran enormes y difíciles de trasladar.

Luego de su creación en 1962, al año siguiente el nuevo producto fue presentado en el Berlin Radio Show. En el país de los molinos, sonaban por aquel tiempo de manera paralela, artistas que formaban parte de lo que sería la Nueva Ola de los Países Bajos, entre ellos Rob de Nijs y su clásico tema «Ritme van de Regen» («Ritmo de la lluvia») y el inolvidable cantante Vader Abraham, quien fue el creador de la banda sonora de la popular serie «Los Pitufos» y de otros éxitos que le dieron cierta popularidad en su país. Ello obviamente corría a la par con los discos de vinilo que también se vendían como sencillos de ambas caras, denominados también «Elepés».

En términos cronológicos, durante 1964 la división holandesa de Philips Company creó el cassette compacto. Al año siguiente, apareció la cinta magnética virgen -denominado cassette virgen en Chile- a fin de que cada melómano grabara la música de su preferencia desde la radio o de otros cassettes originales. En 1971, la empresa Dolby mezcló la reducción de ruidos con una cinta magnética de dióxido de cromo, permitiendo que el cassette fuera apto para el uso musical. La popularidad de este formato durante los años 70, se usó como alternativa al disco de vinilo de 12 pulgadas a fines de esa década.

Además, en la década siguiente -años 80- se inventaron las grabadoras portátiles y walkmans (equivalentes del personal stereo), permitiendo a muchos usuarios escuchar música donde lo desearan y no importando el lugar en el que se encontraran. El cassette además, fue un catalizador de gran importancia para el cambio social, ya que su durabilidad y facilidad de copia ayudaron a la introducción de diferentes tipos de música underground, que fue motivo fundamental para muchos fanáticos y exponentes del rock que de igual manera comerciaban sus éxitos.

Por ende, el cassette ha sido el formato más utilizado por las casas discográficas a la hora de grabar canciones y promocionar a sus intérpretes, generando una amplia estrategia de marketing y ventas de éxitos inolvidables en todo el mundo. Tanto ha sido el legado de este gran formato musical, que incluso desde los 80 se usa una popular expresión llamada «se le cayó el cassette» o «se fue de cassette» en el castellano chileno, pues se sabe a todas luces que es un chilenismo, que alude a alguien que dio información que debía ser de carácter secreta o confidencial, disparándola a medio mundo, lo que le da un toque gracioso a la situación, y más a la hora de hablar algo indebido: algunas datos señalan que esto nació en la jerga delincuencial de esos años, que fue rápidamente adoptado por los jóvenes chilenos del momento.

Más allá de eso, el cassette ha sido hasta hoy un formato de colección apreciado por muchos nostálgicos que escuchan a sus artistas preferidos, como en los viejos tiempos donde este prototipo era la moda suprema desde los años 60 hasta comienzos del 2000.

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