MAO TSÉ-TUNG: EL MÁXIMO LÍDER DE LA REVOLUCIÓN COMUNISTA CHINA

NOTA PERIODÍSTICA/HISTORIA UNIVERSAL/POSTGUERRA/IDEOLOGÍAS.

La Guerra Civil China tuvo su punto cúlmine hacia 1949, cuando dio finalmente paso a la Revolución China, liderada por los representantes del Partido Comunista de ese país, a cargo de Mao Tsé-Tung quienes vencieron a los nacionalistas del llamado Kuomintang (KMT) o Partido Nacionalista Chino que fue liderado por el Generalísimo Chiang Kai-Shek, llevando al bando vencedor, en este caso el Partido Comunista Chino a la instauración de un régimen de carácter marxista-leninista. A su vez, la primera etapa de la Guerra Civil China empezó en 1927 y terminó en 1936 cuando los dos bandos beligerantes debieron pactar una tregua y formar una causa común contra la invasión del Imperio Japonés. En tanto, la segunda y última parte de este periodo, comenzó al término de la Segunda Guerra Mundial en 1945, momento en que los conflictos entre ambos bandos resurgieron y se selló todo con el triunfo de los comunistas en 1949.

Así, el 1° de octubre de 1949 se proclamó la República Popular China, la cual hasta hoy se halla vigente. Por su parte, el gobierno nacionalista se refugió en Taiwán. Consecuentemente, el triunfo comunista en China expandió su influencia por varios rincones del continente y otras partes del mundo. Si bien la República Popular China mantuvo buenas relaciones diplomáticas con la Unión Soviética (URSS), que lideraba todo el bloque comunista en la Guerra Fría y gran parte de Europa del Este, en los años 60-70 se produjo una enorme ruptura entre ambos países por el acercamiento de la gigante nación asiática hacia Estados Unidos, sobre todo en términos de cooperación económica y diplomática.

Una de las causas de la Revolución Comunista China por ende, fue el descontento social con el gobierno nacionalista que venía desde la Dinastía Qing, debido a las condiciones de pobreza de los campesinos y la corrupción misma del Estado, sumándose el enfrentamiento político e ideológico entre nacionalistas y comunistas, el apoyo económico y militar de la Unión Soviética al Partido Comunista de China, así como la eficiente estrategia militar y política de los comunistas, consistente en aplicar la guerra de guerrillas y prometer reformas agrarias a fin de conseguir el apoyo de los campesinos.

Las consecuencias por su parte, reflejaron los siguientes resultados: en 1949, la Revolución triunfó, llevando a los nacionalistas a trasladarse a Taiwán, estableciendo su propio gobierno en la isla existente hasta hoy. De allí en adelante, se creó la República Popular China perteneciente al bando comunista a cargo de Mao Tsé-Tung que instauró un sistema de partido único, como también la ruptura con la URSS que le llevó a acercarse a Estados Unidos, sumándose el cambio en el equilibrio de poder dentro de Asia durante la Guerra Fría. Pues la China comunista se convirtió en un poder dominante influyendo a otros estados en la región.

De esta manera, Mao Tsé-Tung, quien elaboró un ideal de Revolución Comunista en el país, se convirtió en el líder máximo del Partido Comunista Chino en 1930, estableciendo un gobierno de partido único desde 1949, el cual dirigió hasta su muerte en 1976. Gran parte de las bases de su gobierno, quedaron asentadas en la creación del Libro Rojo de Mao, que sus partidarios debían aprender y memorizar a rajatabla, poniendo en práctica gran parte de sus ideales ahí escritos. Pues como buen filósofo, Mao Tsé-Tung supo hilvanar cada precepto partidista que a la fecha es seguido por un numeroso grupo de adherentes chinos. Siendo de familia campesina, luchó desde muy joven contra los invasores japoneses y tras eso, contra el gobierno nacionalista chino de Chiang Kai-Shek, ya una vez convencido de que el comunismo era lo que podía salvar al país. Fue a partir de allí que elaboró su propia versión del marxismo-leninismo, adaptado a las necesidades de la sociedad china. Allí planteó que el campesinado era fundamental para la Revolución (a diferencia del comunismo soviético que privilegiaba a los obreros no rurales).

Por tanto, la Revolución China de Mao Tsé-Tung en 1949 fue una de las más importantes en el s. XX junto con la Revolución Rusa de 1917 y la Revolución Cubana de 1959. Tras la caída de la Unión Soviética en 1991, la República Popular China adquirió el estatus de única gran potencia comunista del mundo, si bien desde fines de la década de 1970 adoptó una economía que muchos estudiosos identifican como capitalista. De esta manera, hoy en día China es la segunda potencia economía a nivel mundial. A su vez, la ideología comunista del país asiático que recogió las ideas del campesinado y la guerra de guerrillas denominada «guerrilla prolongada» e instaurada por Mao Tsé-Tung, se convirtió en el maoísmo. Por lo pronto, uno de los movimientos que adoptó dicha ideología en Asia, fue el de los Khemeres Rojos, quienes instauraron una dictadura en Camboya entre 1975-1979, provocando un genocidio mientras el triunfo comunista se suscitó en la Guerra de Vietnam expandiéndose a Laos, otro de los países vecinos en la zona.

Hasta hoy, el comunismo en China sigue presente con numerosos adeptos que preservan las enseñanzas de Mao.

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